Empresas europeas y ODS: ¿ambición sin acción?

Un informe elaborado por las Redes europeas del Pacto Mundial de las Naciones Unidas presenta una visión mixta sobre el progreso de las empresas europeas en la integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

A partir de las respuestas de más de 1.400 empresas de diversos tamaños y sectores en diez países europeos, el estudio Evaluación del sector privado europeo sobre los ODS 2024 examina cómo las compañías están abordando la sostenibilidad, qué áreas están priorizando y cuáles son las principales barreras que enfrentan para cumplir con la Agenda 2030.

Este informe es especialmente relevante dado que solo el 17% de los ODS a nivel mundial están en camino de alcanzarse, lo que subraya la urgencia de intensificar los esfuerzos por parte de todos los actores, especialmente el sector privado, que desempeña un papel fundamental en la implementación de estos objetivos.

En este contexto, el informe revela un progreso desigual. Por un lado, hay un creciente reconocimiento de la importancia de los ODS: un 69% de las empresas afirman tener un conocimiento profundo de los mismos y casi el 60% ya cuentan con una estrategia de sostenibilidad que los integra.

Sin embargo, esta conciencia no se traduce de manera uniforme en acciones concretas y resultados medibles. Menos de un tercio de las empresas han definido metas concretas y mesurables vinculadas a los ODS, y muchas todavía carecen de indicadores adecuados para evaluar su impacto real en cuestiones como igualdad de género, cambio climático y condiciones de trabajo decente.

La adopción de marcos normativos ha comenzado a marcar una diferencia significativa en la manera en que las empresas abordan la sostenibilidad y los ODS. Esto sugiere que la presión regulatoria está actuando como un acicate importante para lograr un cambio más estructural y estratégico en las empresas.

El 69% de las empresas afirma tener un conocimiento profundo de los ODS y casi el 60% cuenta con una estrategia de sostenibilidad que los integra, pero esto no se traduce de manera uniforme en acciones concretas.

El compromiso depende del tamaño de la empresa

Aunque la mayoría de las empresas afirma conocer en profundidad los ODS y cuenta con estrategias que los integran, las grandes y medianas empresas son las que muestran una mayor disposición a adoptar estrategias de sostenibilidad estructuradas (86% y 68% respectivamente), mientras que las microempresas y pequeñas presentan una menor integración (41% y 50%).

Este patrón sugiere que el tamaño de la empresa influye directamente en la capacidad para estructurar e implementar políticas de sostenibilidad. Las pymes, que representan una gran parte del tejido empresarial europeo, frecuentemente enfrentan limitaciones de recursos y capacidades para implementar estas iniciativas, lo cual restringe su contribución a los ODS.


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Las áreas en las que las empresas europeas están tomando más medidas incluyen la igualdad de género (ODS 5), el crecimiento económico y el empleo decente (ODS 8) y la acción climática (ODS 13). El 44% de las empresas ha implementado iniciativas en favor de la igualdad de género, mientras que un 41% ha desarrollado acciones para mitigar el cambio climático.

No obstante, existen campos relegados, como la preservación de los océanos (ODS 14), donde solo un 11% de las empresas está involucrado, y la erradicación del hambre (ODS 2), con apenas un 13% de acciones concretas. Esto evidencia un enfoque desbalanceado, centrado en algunas prioridades globales mientras se relegan otras esenciales para un desarrollo sostenible completo.

La evaluación efectiva del impacto de las acciones relacionadas con los ODS sigue siendo un gran desafío. Solo un 33% de las empresas ha establecido objetivos específicos, mensurables y con plazos definidos para evaluar su contribución a los ODS, y un 26% todavía no cuenta con ningún indicador o sistema de monitoreo.

La carencia de herramientas de evaluación, especialmente en las pymes, complica que las empresas conviertan sus compromisos en resultados concretos y medibles. Como resultado, puede llevar a prácticas de ‘SDG-washing’ (uso superficial de los ODS con fines de imagen) sin generar un cambio real.

La igualdad de género (ODS 5), el crecimiento económico y el empleo decente (ODS 8), y la acción climática (ODS 13) son las áreas en las que las empresas europeas están tomando más medidas.

La directiva CSRD como catalizador de los Objetivos

La Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD por sus siglas en inglés), vigente desde enero de 2024, busca modernizar y aumentar la transparencia en los informes de sostenibilidad empresarial. Obliga a las empresas europeas que superen determinados umbrales de facturación y número de empleados a informar con mayor precisión sobre sus impactos no financieros y la gestión de los riesgos ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).

Según el informe, el 87% de las empresas que estarán sujetas a la CSRD afirman que harán referencia explícita a los ODS en sus informes. Esto sugiere que la regulación actúa como un catalizador del cambio, especialmente al demandar una mayor transparencia en la divulgación de datos de sostenibilidad.

Así, la CSRD contribuye a consolidar los ODS como el estándar común para evaluar el desempeño en sostenibilidad, especialmente en aspectos relacionados con el cambio climático (ODS 13), la igualdad de género (ODS 5) y el trabajo decente (ODS 8).

El 77% de las empresas que han alineado sus estrategias con los ODS reporta haber obtenido una ventaja competitiva significativa.

Sin embargo, la implementación de la CSRD presenta desafíos, sobre todo para las pymes y aquellas empresas no familiarizadas con estos requisitos. La falta de recursos, la complejidad del proceso, la recopilación de datos y el desconocimiento de la normativa representan las principales barreras.

Las prioridades en los ODS dependen de diversos factores

El informe del Pacto Mundial también revela que la priorización y ejecución de los ODS es desigual, ya que las organizaciones se concentran en los ODS más visibles y directamente aplicables a sus operaciones, mientras que otras áreas fundamentales quedan desatendidas.

La desigual distribución de atención y recursos representa un desafío significativo para alcanzar un desarrollo sostenible integral y evidencia la necesidad de un enfoque más equilibrado y holístico para cumplir la Agenda 2030.

Las empresas priorizan tres ODS: Igualdad de Género (ODS 5), Trabajo Decente y Crecimiento Económico (ODS 8) y Acción por el Clima (ODS 13), con tasas de implementación del 44% y 41% respectivamente. Estas áreas reciben más atención por su estrecha relación con la gestión interna, la regulación y las expectativas de los grupos de interés. La igualdad de género se aborda principalmente en la paridad salarial y la inclusión en liderazgo, mientras que la acción climática se centra en reducir emisiones y adoptar energías renovables.

Entre los ODS menos atendidos se encuentran Vida Submarina (ODS 14), con solo un 11% de empresas tomando medidas; Hambre Cero (ODS 2), con un 13%, y Ciudades y Comunidades Sostenibles (ODS 11), con un 17%. Esto refleja una percepción limitada de la relevancia empresarial de estos objetivos y evidencia la tendencia a priorizar los ODS más visibles o ligados a la gestión interna.

Las prioridades de las empresas están determinadas principalmente por el marco regulatorio (particularmente en ODS como el 13), la presión de clientes e inversores que exigen sostenibilidad y el riesgo reputacional en áreas como igualdad de género y salud. Por ello, las compañías priorizan los Objetivos que les permiten gestionar sus riesgos y responder a expectativas externas, mientras otras áreas importantes quedan sin atención adecuada.

Integrar los ODS en todas las áreas y procesos, y fortalecer la medición y comunicación del impacto son algunas recomendaciones para que las empresas aumenten su contribución a los ODS.

Recomendaciones para acelerar el progreso hacia 2030

El informe presenta cinco recomendaciones fundamentales para que las empresas europeas incrementen su contribución a los ODS.

En primer lugar, las empresas deben integrar los ODS en todas sus áreas y procesos. Esto implica que los ODS deben integrarse en la planificación estratégica y en la toma de decisiones de cada departamento, y no limitarse a las políticas de sostenibilidad. De esta manera, las empresas estarán mejor preparadas para cumplir con regulaciones como la CSRD y aprovechar nuevas oportunidades de negocio.

En segundo lugar, es esencial fortalecer la medición y comunicación del impacto, ya que solo un tercio de las empresas dispone de objetivos específicos y mensurables. La implementación de indicadores claros y el uso de marcos de reporte como los de Global Reporting Initiative (GRI) facilitarán la evaluación y comunicación de los avances, incrementando la confianza de inversores y consumidores.

Asimismo, el informe sugiere promover las alianzas y la cooperación entre sectores. Aunque las empresas dan poca prioridad al ODS 17 (Alianzas), la colaboración con ONGs, gobiernos y otras compañías es fundamental para abordar problemas complejos. Trabajar conjuntamente permite compartir recursos y maximizar el impacto.

Además, se debe fortalecer la formación en sostenibilidad tanto para empleados como para proveedores. Capacitar a todos los niveles y a los socios estratégicos no solo fomenta una cultura empresarial sostenible, sino que también genera un efecto multiplicador a lo largo de la cadena de valor.

Por último, se insta a las empresas a vincular la sostenibilidad con sus decisiones financieras. Incorporar criterios ASG en la toma de decisiones e invertir en productos financieros sostenibles, como bonos verdes, contribuirá a alinear las finanzas con los ODS. Vincular las compensaciones de los directivos a metas de sostenibilidad asegura que los compromisos estratégicos se traduzcan en resultados concretos.

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