Las otras vidas del vidrio
El vidrio es el único material que puede ser recuperado en su totalidad. De cada kilogramo de envase de vidrio reciclado se obtiene un kilogramo de nuevos envases. Un kilo de envases de vidrio usado ahorra 1,2 kilogramos de materia prima. Una tonelada de envases usados de este tipo de material formado fundamentalmente por sílices y otras bases ahorra 130 kilogramos de combustible, especialmente fuel. Una vez que el envase ha sido utilizado y depositado para su reciclaje, comienza un proceso que lo convertirá en una botella nueva. Es el círculo «virtuoso» del vidrio. Un proceso que le dota de forma cíclica de nuevas vidas.
Para que se reciclen todos los envases de vidrio puestos en el mercado debe completarse un circuito compuesto de siete etapas. Es lo que se llama «la cadena del reciclado de vidrio», que comienza y finaliza en un mismo punto: el depósito de los tarros, los frascos y las botellas, por parte del consumidor responsable, en los contenedores de vidrio (iglúes) instalados en las calles.
Ecovidrio, la asociación encargada de la gestión del reciclado de estos residuos en toda España –y en la que están representados todos los sectores relacionados: envasadores, embotelladores, recuperadores y fabricantes–, destaca a Revista Haz un aspecto que considera «fundamental»: el consumidor responsable; la pieza clave en la cadena del reciclado de vidrio. «Sin su colaboración, separando en origen y depositando los residuos de envases en los contenedores correspondientes, jamás podría completarse esta cadena», señalan.
Y es que todos los envases de vidrio recogidos en los iglúes son reciclados, pero si se mezcla el vidrio con el resto de los residuos (porcelana o cerámicas, por ejemplo), se dificulta o imposibilita su reciclado, facilitando la proliferación de los vertederos.
Una vez que los residuos de envases se recogen selectivamente se transportan a la planta de tratamiento y acaban reciclándose al 100%: «Todo el vidrio es aprovechable, sin perder ninguna de sus cualidades», remarcan desde Ecovidrio.
Actualmente se recicla algo más del 60% del vidrio total que se genera en España, según datos oficiales. De él, el 50% se hace a través de los contenedores verdes, según cálculos de Ecovidrio; el resto se recupera por otros canales, como recogidas en hostelería y en comercios.
En 2010, España aumentó su tasa de contenedores instalados, situándose en un contenedor por cada 274 habitantes, y mejorando así ampliamente la tasa europea, que asciende a un contenedor por cada 500 habitantes. Actualmente, Ecovidrio facilita el reciclado de vidrio a más de 8.000 municipios de España –exactamente al 99,7% de la población–, mediante los 171.446 contenedores distribuidos por toda la geografía nacional.
En las plantas de tratamiento los residuos se limpian de todo aquello que haya podido ser introducido en el iglú y que no sea propiamente vidrio. Luego el vidrio es triturado hasta convertirse en calcín (vidrio seleccionado, limpio y molido). Este tratamiento es un proceso mecánico, en el que no intervienen productos peligrosos.
Es precisamente el calcín el que permite fabricar envases de vidrio exactamente iguales que los originales. Además, el vidrio reciclado exige una menor temperatura de fusión que las materias primas originales (arena, sosa y caliza) y, con ello, en el proceso de fabricación de nuevos envases se consume menos energía.
Además, los envases de vidrio admiten el reciclado tantas veces como sea necesario. Es decir, no hay límites al reciclado de vidrio. Teóricamente, se podría reciclar vidrio indefinidamente, sin necesidad de extraer nuevas materias primas.
Las empresas que envasan o embotellan parte o la totalidad de sus productos en vidrio son las que financian el sistema de recogida selectiva de residuos desarrollado por Ecovidrio. Estas empresas pagan una cantidad estipulada para que se recicle cada envase de vidrio que ponen en el mercado, de manera que cada uno de estos envases va identificado por un símbolo en la etiqueta denominado «punto verde».
Por su parte, en los establecimientos de venta al público, el consumidor puede reconocer los envases de vidrio que han pagado para su posterior reciclado buscando el punto verde en la etiqueta; un logotipo que asegura que el vidrio, si se deposita en el contenedor correspondiente, entra en el circuito del reciclaje y no contamina.
Anualmente, los ciudadanos españoles consumen millones de productos cuyos envases, por lo general, se tiran a la basura con el resto de los desechos. «¡Y se pueden reciclar!», insisten desde Ecovidrio. «Es necesario que los ciudadanos españoles sean conscientes de los beneficios ambientales del reciclado de vidrio. Sus residuos no son basura, no son un desecho, sino una materia perfectamente reciclable», apuntan.
¿Reciclan los españoles?
Parece que sí. Según cifras de Ecovidrio, las cifras de reciclado de vidrio se mantuvieron en 2010 a pesar de la caída del consumo. Durante el pasado año, los españoles depositaron en los contenedores de vidrio ubicados en las calles un total de 709,9 millones de kilogramos de envases de vidrio, lo que se traduce en un índice de 15,1 kilogramos de residuos por habitante, un dato muy positivo si tenemos en cuenta el descenso en un 5,7% del consumo de envases de vidrio durante los dos últimos años.
Además del vidrio recogido en contenedores hay que sumar el vidrio procedente de plantas de selección, que asciende a 2.240 toneladas. El total de vidrio gestionado por Ecovidrio en 2010 fue de 712.236 toneladas. En palabras de Javier Puig de la Bellacasa, su director general, «la evolución es buena y nos sentimos orgullosos de los resultados en materia de sensibilización ciudadana».
«Podemos asegurar que, según nuestros estudios de opinión, el 70% de los españoles recicla vidrio y el 45,4% de los ciudadanos ya considera el reciclado como una tarea doméstica más a realizar en el hogar», apunta.
El mantenimiento y consolidación de las cifras de reciclado se refleja en la significativa bajada del consumo de envases de vidrio, no solo en 2010, sino también durante los últimos años. Desde 2007 la caída ha sido del 9%, mientras que el reciclado ha seguido una evolución progresiva y estable.
Entre 2005 y 2010 se han colocado 44.291 contenedores más en nuestro país, es decir, un 34% más de puntos de recogida. Ecovidrio se convierte así en un gran «facilitador del reciclaje de vidrio a los ciudadanos», con el objetivo de «fomentar y ayudar a conseguir el hábito», concluye Puig de la Bellacasa.
Quiénes reciclan más.
Respecto a las cifras por comunidades autónomas, las que más incrementaron el reciclado de vidrio durante 2010 fueron Asturias, con un 6,8%, seguida de Andalucía y Murcia, que aumentaron cada una un 4% más. Cierra la lista de las más «recicladoras» Baleares, con un 3,6%, Aragón, con un 2,3%, y Canarias, con un 2,2% más.
En cuanto al grado de sensibilización ciudadana, las comunidades autónomas que están más concienciadas con el reciclado de vidrio, según los datos más recientes de Ecovidrio (2010), fueron Baleares, con 27 kilos por habitante, Navarra, con 25,4, País Vasco, con 25,3, Cataluña, con 20,6, y La Rioja, con 20,1 kg/hab.
En este sentido, la mayor parte de la población afirma que recicla vidrio, según un reciente estudio realizado por la empresa Quor para Ecovidrio. Las cifras dicen que casi un 80% de los españoles deposita habitualmente sus envases de vidrio en los contenedores verdes y que han mejorado sus hábitos de reciclado debido al incremento del conocimiento sobre los envases que pueden reciclarse.
El dato negativo es que el 64% de los 2.500 ciudadanos encuestados para este estudio consideró que el sistema de depósito, devolución y retorno es un «negocio» y que no está relacionado con la conservación del medio ambiente.
Pese a ello parece que la sociedad sigue apoyando con entusiasmo el reciclaje de vidrio y cada día deposita sus envases en los respectivos depósitos. Ahora los ciudadanos reciclan con un mayor nivel de formación y de información.
Según Ecovidrio, ha disminuido en un 71% el número de personas que considera que la cerámica y la loza son materiales reciclables y en un 54,4%, las que creen que los platos deben arrojarse en el contenedor verde. Este tipo de materiales deben depositarse en los puntos limpios porque perjudican el correcto funcionamiento de la cadena de reciclaje.
El Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) de envases es la propuesta alternativa al reciclaje en la nueva Ley de Residuos que aprobó en julio el Gobierno. A través de este sistema, que ya existía hace años en España, los ciudadanos podrían depositar los envases en máquinas instaladas en centros comerciales. En ese momento, se recuperaría el dinero impuesto como fianza con la compra del producto. Los envases recogidos en este tipo de máquinas irían a unas plantas de tratamiento que los prepararía para su posterior reutilización.
Sectores empresariales como el cervecero trabajan codo con codo con Ecovidrio en materia de reciclaje. Es el caso de la Asociación Nacional Empresarial de la Industria Cervecera en España (Cerveceros de España), compuesta en la actualidad por los principales grupos empresariales, con 19 plantas repartidas por el territorio nacional, y que aglutina la práctica totalidad de la producción de cerveza en nuestro país: Grupo Mahou-San Miguel, Heineken España o Grupo Damm, entre otros.
Desde Cerveceros de España, que comercializa cerca de 120 marcas distintas de cerveza, destacan su «constante preocupación por el medio ambiente», considerándose «pioneros» en la aplicación de sistemas desarrollados para la reducción del impacto de los residuos de envases.
Una muestra de ello es que han mantenido el porcentaje de recuperación del peso total de envases, ya sea por la reutilización o el reciclaje. El total supera el 76%, según datos auditados por Ecovidrio. En 2010 el sector envasó más del 52% de la cerveza vendida en el mercado nacional en envases reutilizables tanto primarios como secundarios.
Aunque prácticamente la totalidad de los envases que este sector pone en el mercado son reciclables, los envases de vidrio son los que más se recuperan, ya que además de los que se reutilizan para el embotellado, se recicla el 60% de los no reutilizables. El sector cervecero recicla además el 83% del papel y cartón que se emplea en los envases de esta bebida y cerca del 72% del metal, según datos de Ecoembes.
El lado ‘fashion’ del vidrio reciclado
Pero más allá del hecho de que de una botella sale otra botella –algo más que conocido por todos los ciudadanos— el reciclaje de vidrio tiene un lado mucho más fashion: La empresa La Mediterránea es un buen ejemplo de los distintos usos que puede darse al vidrio reciclado: esos envases procesados en plantas clasificadoras, separados por colores y triturados hasta quedar convertidos en calcín, son la materia prima con la que esta compañía valenciana crea sus objetos de menaje y decoración desde 1975.
En aquel año 17 trabajadores del sector decidieron asociarse, «convencidos de que la transformación del vidrio reciclado podía ser el comienzo de un gran proyecto». La empresa ha llegado a consumir 40 toneladas de este calcín (un 20% procedente de los desechos que se producen durante su propia fabricación) por cada día de trabajo, y con ello ha logrado una facturación de 13 millones de euros.
Esta compañía demuestra que muchas de las «otras vidas» del vidrio tienen que ver con el mundo de la decoración, donde se está convirtiendo en tendencia. La botella de gaseosa, por ejemplo, puede terminar siendo un jarrón de La Mediterránea, que vende fuera de España el 80% de lo que produce (arrancó con sus primeras exportaciones al grupo Habitat ya en 1979) y acumula más de 40 premios de diseño. Usa vidrio extraclaro lo más homogéneo posible «para potenciar la nitidez y el brillo», según destacan desde la factoría valenciana.
Si esa botella de gaseosa se la bebe un estadounidense y luego la deja donde corresponde, le estará garantizando una nueva vida quizá como panel de IceStone –que fabrica superficies de trabajo con vidrio reciclado y hormigón que se pueden teñir de cualquier color, o como un suelo fabricado por la firma EnviroGlas.
Los tonos cálidos que luce una encimera de la firma americana Vetrazzo vienen de botellas de ámbar (como las de cerveza), y según anuncia en su web, en sus coloristas paneles «cabe tanto el vidrio de envases como el procedente de ventanas, vajillas, copas, parabrisas, cristal de laboratorio, el recuperado de edificios demolidos y hasta de los semáforos fuera de servicio».
La guipuzcoana Reviglass es una de las compañías pioneras en España en la fabricación de mosaico vítreo, empleado en la decoración de spas, piscinas, instalaciones deportivas, o espacios comerciales.
Según explica Alejandro Otamendi, fundador y gerente de Reviglass, apostaron por el reciclaje a mediados de los ochenta, cuando se hablaba poco o nada de estas cuestiones. «Fue por una razón de costes: era más barato», aclara. Ahora no lo es tanto porque la demanda, y con ello los precios, han subido al multiplicarse las aplicaciones y nuevos usos de estos residuos.
La compañía Cosentino, creador de las famosas encimeras Silestone, lanzó el año pasado ECO by Cosentino, compuesto en un 75% por materiales reciclados, entre los que destacan la porcelana, el vidrio, los espejos y las cenizas vitrificadas, explica la multinacional andaluza.
Los fabricantes que apuestan por lo ecológico acuden a por materia prima a recicladores como Camacho Recycling, que recoge, transporta, procesa el vidrio y lo transforma en calcín. Esta empresa levantina se divide en dos partes: por un lado está adherido a Ecovidrio y recibe vidrio hueco (el de los envases) procedente de los iglús verdes. Esta parte de su actividad es la que provee, por ejemplo, a La Mediterránea. Y luego, como empresa privada, trata vidrio plano que obtiene de cristalerías, puntos limpios y desguaces de automóviles.
Una vez vertido todo sobre la cinta transportadora, la piedra, porcelana y cerámica (los mayores contaminantes del vidrio) se apartan manualmente. A continuación, el proceso se mecaniza: sistemas de infrarrojos, imanes, aspiradores y una serie de máquinas que realizan una exhaustiva separación.
«Nuestros compradores son cada vez más exigentes», reconocen desde la empresa. ¿Y el cliente final? Otamendi cree que los consumidores «no son insensibles a la ecología», pero que a la hora de la verdad, tanto a ellos como a los constructores de piscinas o de pisos les mueve, sobre todo, «el precio». El reto, en su opinión, consiste en fabricar «productos competitivos».
Y es que es importante que los ciudadanos se conciencien de que son parte imprescindible en el maravilloso proceso de dar nuevas vidas al vidrio usado. Una vez depositado en el lugar correcto, a este residuo, que es reciclable al 100% y cuantas veces se desee, se le abre un amplio abanico de reencarnaciones.
felicito a este gran país d espana por el gran trabajo de reciclaje , soy cubano recidente americano gran admirador de la naturaleza y técnico ambiental , y espero triunfar en un nuevo proyecto sobre reciclaje en costa rica , agradezco cualquier sugerencia felicidades y que dios los bendiga
Hola, como es posible importarles tonelada de vidrios de mi compañia. quiero tener un contacto directo con respeto ha este tema que es de mucho interés para nuestra compañía.
Mi nombre es. Joel Diaz
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