6 meses sin humo

HAZ22 junio 2006

La ley tiene como objetivo principal conseguir que disminuya de forma sustancial el número de fumadores en nuestro país ya que las enfermedades derivadas del tabaco, suponen una de las primeras causas de mortalidad en España.

Sin embargo, según muchos fumadores, últimamente se está llevando a cabo lo que se podría llegar a denominar como una auténtica cruzada contra los fumadores. Gobiernos, instituciones públicas, centros sanitarios… todos parecen haberse puesto de acuerdo para acabar con una de las causas de muerte más elevadas en los países desarrollados: el tabaquismo.

Cáncer, hipertensión, cardiopatías, problemas respiratorios diversos… todos conocemos las enfermedades derivadas del uso o el abuso del tabaco. Sin embargo, según los últimos datos, en España los adolescentes comienzan a fumar a una edad cada vez más temprana. Parece que ni las campañas institucionales en contra de está droga, denominada como blanda, ni la prohibición de dispensar tabaco a los menores de edad puede poner freno a la proliferación de nuevos adictos.

Precisamente por eso, el Gobierno ha tomado la decisión de aprobar una ley integral contra el tabaco. Durante los primeros meses de aplicación de esta nueva ley, las ventas de tabaco bajaron en todas las comunidades autónomas. Después de esta reacción por parte de los consumidores, las diferentes marcas de tabaco comenzaron una guerra de precios que terminó con una subida de los impuestos por parte del Gobierno. Los fumadores se sienten cada vez más atacados por la nueva legislación antitabaco.

Las campañas publicitarias son más duras. Mensajes nada alentadores en las cajetillas de tabaco, anuncios en televisión llenos de duras advertencias, las amenazas de multa a quienes incumplan la norma en los cada vez más numerosos «espacios sin humos». Pero, más allá de los cambios sociales que supone esta nueva ley y de las consecuencias que ha acarreado para los ciudadanos de a pie, los empresarios también han tenido que definir nuevos planes para evitar que la nueva legislación cree conflictos internos en sus empresas.

La nueva norma distingue entre la prohibición absoluta de fumar en centros comerciales, centros sanitarios, centros de trabajo… y las limitaciones, que consisten en la posibilidad de crear zonas habilitadas para fumadores. Esta segunda parte de la ley, ha despertado la polémica en los sectores empresariales más afectados, especialmente, entre los de la hostelería y la restauración que advierten de los costes que supone habilitar las zonas de fumadores.

Los fumadores, en gran medida, consideran vulnerados sus derechos al restringirse los lugares en los que les está permitido fumar. Mucho más teniendo en cuenta que el tabaco es una sustancia legal.

Bares, restaurantes, discotecas… tanto propietarios como usuarios han advertido de la complejidad de poner en marcha la nueva ley. Sin embargo, tras una época de transición, parece que la habilitación de zonas de fumadores en todos los negocios de hostelería y restauración es posible y efectiva.

La ley antitabaco, no obstante, no sólo ha traído consecuencias para los negocios de la hostelería ya que en la misma, se establece la prohibición total y genérica de fumar en todo centro de trabajo «cerrado», tanto público como privado.

El texto no prevé que en los centros de trabajo cerrados se pueda habilitar espacios especiales para fumadores. Sin embargo, sí permite la posibilidad de fumar en los centros de trabajo al aire libre.

La aplicación de la nueva ley ha generado nuevos conflictos y tensiones en el área de recursos humanos de las empresas, que reclaman soluciones por parte de los responsables de las mismas. Jesús Aramburu, relaciones públicas del Bingo Londres ubicado en el Hotel Londres de San Sebastián, explica que trabajar en un ambiente donde fumar está permitido para los clientes resulta complicado para los trabajadores ya que estos, se encuentran con la total prohibición de la empresa de fumar en el recinto de trabajo.

Muchos trabajadores han expresado su inconformidad con esta nueva ley ya que se ven obligados a salir a la calle en las pausas que tienen para cenar o hacer un descanso para poder fumar un cigarrillo.

Por otro lado, Jesús Aramburu también habla de los conflictos que al comienzo de la ley surgieron con los trabajadores no fumadores cuando algunos de ellos se negaron a trabajar en la zona habilitada para los clientes fumadores.

El alcance de la prohibición de fumar en los centros de trabajo es prácticamente total, en todo lugar cerrado en el que se presten de forma habitual servicios por trabajadores está prohibido fumar, a cualquier hora del día y de la noche. La prohibición de fumar es total y debe ser respetada por cualquier persona que se encuentre en un recinto de trabajo cerrado, ya sean trabajadores o clientes.

Para evitar que pueda haber una discriminación de las personas fumadoras a la hora de buscar trabajo, la ley prohíbe los procesos de selección en los que el hábito de fumar sea un elemento decisivo.

No obstante, las empresas deben advertir en los contratos la prohibición de fumar en el lugar de trabajo.

Sin embargo, Álvaro Garrido, presidente del Club de Fumadores por la Tolerancia, ha mostrado recientemente un dossier con ofertas de trabajo en las que ponía como requisito «imprescindible no fumador». A este respecto Garrido comenta: «entendemos que hay una ley, y por supuesto, no se puede fumar en el trabajo, pero otra cosa es que se le pregunte si es o no fumador, porque no afecta para nada a su capacitación laboral. No se puede discriminar a la gente por ese motivo».

EFECTOS NEGATIVOS EN LA PRODUCTIVIDAD DE LAS EMPRESAS. La nueva legislación prohíbe fumar en los lugares de trabajo pero obvia cualquier referencia al trabajador adicto a fumar. Así pues, en el convenio de trabajadores se pueden discutir descansos para que los fumadores puedan abandonar el recinto donde trabajan para poder fumar.

Estos abandonos consentidos del puesto de trabajo reducen la productividad del trabajador, ya que se estima que dedica, al menos, siete horas al mes de su jornada laboral a fumar fuera del recinto de la empresa. Este hecho, ha avivado la polémica entre trabajadores fumadores y no fumadores, ya que los últimos se quejan de trabajar más horas cobrando lo mismo que sus compañeros fumadores.

Otra de las soluciones pasa por que las empresas no permitan a los trabajadores abandonar el lugar de trabajo, atajando así el problema anteriormente mencionado, y evitando las perdidas en la productividad de la empresa. No obstante, esta restricción total supone el desacuerdo y desagrado de los fumadores.

La doctora en psiquiatría, Ana Arbizu, asegura que la prohibición de fumar en el lugar de trabajo puede suponer un grave problema para los fumadores ya que el tabaco además de crear una dependencia física crea una gran dependencia psicológica.

«La ansiedad creada por la falta de tabaco puede repercutir negativamente en la productividad de cualquier fumador», asegura.

Según los datos de una reciente encuesta el 81% de los empleados cree que es intolerante prohibir fumar en el trabajo.

«Muchos fumadores se sienten perseguidos por la ley antitabaco que está en vigor desde el pasado mes de enero». Es el mensaje que transmite el Club de Fumadores por la Tolerancia. Álvaro Garrido, su presidente, comenta que la ley antitabaco es más bien una ley antifumador que ha producido conflictos laborales, abusos de autoridad y discriminación.

En vista de los problemas crecientes debido a la nueva ley, algunas empresas han tomado la decisión de ayudar a sus empleados a dejar de fumar. El plan más conocido y utilizado por muchas empresas conocidas se llama SINTABACO.

Las empresas Amadeus, Autogrill, COPE, Roche, PHILIPS, La Caixa, MSD, Ford, Ferrovial, Volvo, Chicco, TVE y AENOR, entre otras, ya lo utilizan porque consideran necesario ayudar a sus trabajadores a librarse de la adicción del tabaco mejorando así su productividad y también, la imagen de la empresa sin fumadores en la puerta.

Los responsables de SINTABACO aseguran que el 82% de los participantes en sus cursos, han abandonado definitivamente el consumo de tabaco. Asimismo, garantizan que el método es impartido exclusivamente por médicos especializados en la materia y que incluye un tratamiento de ayuda al síndrome de abstinencia con terapias de grupo conductista para evitar recaídas.

No obstante, este no es ni mucho menos el único plan que se ha desarrollado para ayudar a los trabajadores a dejar de fumar.

El método Dejardefumar es otro de los más utilizados por las empresas. Este programa surgió en Estados Unidos hace ya más de 30 años y ha sido seguido con éxito en 54 países. El programa está avalado y coordinado por el doctor Antonio Moraga, uno de los especialistas españoles más reconocidos internacionalmente en la aplicación de técnicas de deshabituación del tabaco.

El método Dejardefumar es impartido por Global Estrategias, consultora de formación que tiene más de diez años de experiencia en el sector empresarial. American Express, Accenture, Ferrovial–Agromán, Instituto Cervantes, Grupo Uralita y el Boletín Oficial del Estado son algunas de las organizaciones que han probado la efectividad del método Dejardefumar.

Otro de los programas más utilizados, recomendado por el Centro Europeo contra el Humo, es ZEROSMOKE. Este nuevo método consiste en la utilización de la auricoterapia, colocando imanes en puntos estratégicamente elegidos de las orejas, para producir endorfinas y eliminar las ganas de fumar. Estos imanes se deben utilizar entre 3 y 4 horas diarias.

Este revolucionario método ha sido utilizado incluso por la ULSS, unidades sanitarias locales, en los cursos anti-humo que se organizan y por los cursos hospitalarios para dejar de fumar. ZEROSMOKE asegura que su programa cuenta con un 80% de eficacia.

Ya sea con planes integrales como los mencionados o con otro tipo de estrategias, parece totalmente necesario que las empresas hagan un esfuerzo por ayudar a sus trabajadores a dejar de fumar. Esto no sólo supondrá un beneficio para la empresa y para los fumadores, sino que también, evitará las tensiones entre los trabajadores que reclaman soluciones al hecho de que los fumadores puedan abandonar sus puestos de trabajo en algunas empresas para poder fumar.

Por Sandra Otaegui

Legislación sobre el tabaquismo

Prohibición total de fumar

  • Centros de trabajo públicos o privados
  • Centros docentes
  • Centros comerciales
  • Medios de transporte
  • Ascensores
  • Colegios, universidades…

Prohibición parcial. Se podrán habilitar zonas de fumadores separadas del resto del local siempre que cuenten con la ventilación adecuada:

  • Los bares y restaurantes de más de 100 m2 deberán separar la zona de fumadores de la de no fumadores.
  • Los aeropuertos podrán habilitar zonas para fumadores.
  • Teatros.
  • Salas de fiesta.
  • Estaciones de autobuses.

Las multas

  • Infracciones leves: de 30 a 600 euros.
  • Infracciones graves (permitir fumar en lugares prohibidos): entre 600 y 10.000 euros.
  • Infracciones muy graves (vender cigarrillos a menores o hacer publicidad de marcas de tabaco): entre 10.000 y 600.000 euros.