La pensión de las mujeres, un 38% inferior a la de los hombres, pone a este colectivo en riesgo de exclusión

HAZ10 abril 2014

Nuria Chinchilla, profesora del IESE Business School; Tomás Muniesa, vicepresidente ejecutivo-consejero delegado de VidaCaixa, y Jaime Lanaspa, director general de la Fundación la Caixa, han presentado el estudio Impacto de las pensiones en la mujer. Jubilación y calidad de vida, el cual analiza las necesidades de las personas y sus familias, haciendo especial hincapié en la situación de las mujeres.

El sistema público de pensiones vincula y amplia las desigualdades entre hombres y mujeres producidas en el mercado laboral, debido, en primer lugar, a que existe una menor participación de las mujeres en éste, además de un menor tiempo de dedicación a un trabajo remunerado, así como unos ingresos inferiores a los de los hombres.

A esto hay que añadir que la Seguridad Social ha eliminado todos los sesgos explícitos por cuestión de género, adoptando la misma fórmula en el cálculo de la prestación para hombres y mujeres por lo que, desde un punto de vista técnico, ambos cuentan con los mismos derechos. De este modo, las pensiones de las mujeres se calculan un 38% inferiores que las de los hombres, según el estudio.

Además, los conflictos de conciliación entre el trabajo y la vida familiar suelen resolverse con la renuncia de la mujer durante un periodo de tiempo a un trabajo remunerado o con la reducción de su jornada laboral. Mientras que los hombre han trabajado de manera remunerada una media de 43,4 años, las mujeres lo han hecho 12,8 años, la cifra más baja de Europa. Trabajar menos horas fuera de casa conlleva un impacto negativo en la renta actual y jubilación futura

Asimismo, el género femenino obtiene unos ingresos inferiores que el masculino: El salario medio anual por trabajador en España en el año 2011 fue de 22.900 euros. El salario medio anual femenino representó el 77% del masculino, según los datos del INE. Este hecho se traduce en una desigualdad salarial para las mujeres pensionistas ya que, las prestaciones por jubilación, siempre son inferiores al salario percibido durante la etapa laboral. Por ello, muchas mujeres pueden llegar a percibir una pensión que no les permita un nivel mínimo de calidad de vida.

Por otro lado, el estudio manifiesta que, para el sistema de pensiones, el aumento de la esperanza de vida así como las bajas tasas de natalidad, son dos factores que ponen en riesgo la calidad de vida de generaciones futuras y, más concretamente, la de las mujeres.

Según los pronósticos del INE, la esperanza de vida tanto para varones como para féminas seguirá aumentado de forma progresiva, del mismo modo en que la tasa de natalidad seguirá descendiendo. Estos datos dan como resultado un envejecimiento poblacional a corto y medio plazo: El número de pensionistas pasará de 8 a 15 millones para el 2052, un 20% más, a la vez que la población en edad de trabajar se reducirá en un 33%.

Además, estos factores se ven agudizados por la crisis económica actual, repercutiendo en la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones español, que es una herramienta básica para asegurar los ingresos durante la jubilación.

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