¿Cuáles están siendo los primeros pasos del metaverso de impacto?

La cocreación y la colaboración entre empresas del entorno tecnológico y organizaciones del tercer sector están aportando ideas sobre cómo deberían perfilarse estas nuevas plataformas virtuales, por ejemplo para atraer a nuevos participantes en el voluntariado corporativo o facilitar las relaciones sociales de personas en situación de exclusión.

Últimamente han llegado noticias de que grandes empresas como Disney, Microsoft o Meta (de la que depende Facebook) están reduciendo o incluso anulando sus inversiones en el llamado metaverso. Una fórmula de realidad virtual con el apoyo de avatares que, a pesar de estas bajas, sigue desarrollándose poco a poco y que parece que va a ofrecer un sinfín de oportunidades.

También en el entorno del voluntariado y del tercer sector, como se plasmó en un encuentro organizado por Voluntare, Orange y Goldenrealm. En él participaron 40 empresas y organizaciones sociales que trabajaron para fomentar el desarrollo de nuevos proyectos útiles en este campo a través de la cocreación y la colaboración. En Revista Haz hemos querido hablar con los representantes de las tres organizadoras para conocer qué pasos se han ido dando hasta el momento.

Entre las principales conclusiones que surgieron del evento, los portavoces de las entidades organizadoras han recogido ciertos beneficios que el metaverso ofrece al voluntariado corporativo, sobre todo en el grado de implicación de los trabajadores en los proyectos en los que suelen participar. Al parecer son muchos los que muestran un interés inicial, pero, a la hora de la verdad, solo un pequeño porcentaje de ellos lo mantienen en el largo plazo, bien sea por falta de tiempo o porque no cumplan sus expectativas o se adapten a sus necesidades.

“El uso del metaverso puede contribuir positivamente a crear una base sólida y sostenible para el voluntariado corporativo a largo plazo, atraer a un público más joven, sensibilizar a las personas sobre las problemáticas que se abordan, permitir la colaboración y formación en línea desde cualquier parte del mundo, así como a acercarse a los proyectos de manera inmersiva y crear experiencias más reales e impactantes”, explica Benedetta Falletti, directora de Voluntare​.

De hecho, según el director de Operaciones e Innovación de Goldenrealm, Álvaro Hita, ya se han puesto en marcha algunos proyectos de fundraising en forma de conciertos, cenas benéficas o charlas de sensibilización. “Desde un punto de vista más interactivo ya estamos viendo juegos y experiencias inmersivas que nos muestran problemas concretos, sociales o medioambientales. Un ejemplo reciente ha sido la iniciativa Operation #OceanDetox, impulsada por WWF y Savespecies, una exposición virtual que buscaba sensibilizar sobre el exceso de residuos plásticos en nuestros océanos”.


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Pero hay que ir más allá de lo puramente visual. “Las experiencias creadas en el metaverso deben servir para concienciar y también para llamar a la acción social dentro del mundo real”, indica el responsable de Goldenrealm. Pone como ejemplo un proyecto de colaboración en el que la organización participa, donde el usuario puede plantar un árbol en su parcela virtual. Por cada planta ‘irreal’ instalada existe el compromiso de que se sembrarán otras tantas en la selva del Amazonas de forma real.

Por la inclusión social

Ideas como esta surgieron en el taller de cocreación del encuentro y llamaron la atención especialmente algunas relacionadas con la inclusión social de personas con discapacidad. Por ejemplo, experiencias virtuales para ponerse en la piel de una persona que va en silla de ruedas o que tiene algún trastorno sensorial de una forma más vívida y real, que sirvan para entender las barreras con las que se encuentran día tras día y, de esta manera, ayudar a sensibilizar de una manera más profunda a los que se unan a este metaverso.

Otra de las propuestas que surgieron buscan favorecer la creación de nuevas oportunidades laborales para personas con problemas de movilidad o en el habla, para que desde el entorno virtual online puedan desarrollar mejor ciertas facetas profesionales. Un ejemplo es el de guía turístico desde la distancia, algo posible con las tecnologías con las que contamos actualmente.

En este sentido, también son interesantes las ideas relacionadas con la realización de entrevistas de trabajo desde el metaverso. O el desarrollo de ecosistemas de socialización y entretenimiento, con nuevas redes basadas en avatares que mejoren la posibilidad de mantener relaciones sociales sin el miedo al rechazo inicial que suelen padecer las personas en riesgo de exclusión. “Creemos que puede dar mucha seguridad a colectivos marginados que tienen muchas dificultades para interactuar de forma presencial, y que va a permitirles recibir una ayuda y un apoyo sin que se sientan incómodos”, puntualiza Falletti.

Pero ¿qué es el metaverso?

No todo el mundo está familiarizado con este concepto, o se asocia erróneamente solo al entorno de los videojuegos. “Tiene vínculos también con el blockchain, las criptomonedas, las pasarelas de pago… Es decir, con un sistema económico que está cambiando a través de la tecnología”, asegura Hita.

Otra de las asociaciones erróneas que van unidas al metaverso es que solo se puede acceder a él con unas gafas de realidad virtual específicas. “Nuestro ordenador puede ser también una puerta de entrada, de hecho, la mayoría de los que ya se están desarrollando son de este último tipo por una cuestión operativa”, explica el portavoz de Goldenrealm.

El metaverso puede ayudar a sensibilizar sobre la inclusión social de personas con discapacidad, por ejemplo con experiencias virtuales para ponerse en la piel de una persona que va en silla de ruedas de forma más vívida y real.

Desde el punto de vista de las fuentes consultadas, es muy complicado que esta tecnología se frene en estos momentos, a pesar del frenazo inversor de las grandes multinacionales. En su opinión, la estrategia de ser los primeros en ofrecer servicios innovadores en este mundo virtual los había llevado a dedicar cantidades ingentes de recursos que se habían hecho inmanejables, y por eso compañías como Disney o Meta han preferido moderarse.

Sobre todo porque es un mundo que se está cocinando a fuego lento y con cierta prudencia para darle diversos sentidos prácticos y evitar que se convierta en otro Second life, un espacio virtual de principios de siglo que quedó en agua de borrajas. “Estamos en un momento aún incipiente en el que tenemos que ser proactivos, probar, equivocarnos y ver las posibilidades que nos ofrece el metaverso”, indica Eugenia de Blas, responsable de proyectos en el Área de RSC de Orange.

Desde su punto de vista, el metaverso va a posibilitar campañas de sensibilización mucho más exitosas “porque te permite empatizar y acercarte a los problemas de determinados colectivos con los que nunca has tenido un contacto directo: personas con autismo, personas sin estudios que no saben cómo enfrentarse a una entrevista de trabajo, etc. Va a ser una herramienta muy potente para reforzar nuestras acciones de voluntariado corporativo”.

En este sentido, insiste en que es importante esa labor constante de I+D+i desde ya, con el asesoramiento de organizaciones del tercer sector, con el fin de diseñar plataformas que se adapten a sus necesidades concretas. “Debemos dirigir el metaverso hacia lo que queremos y eso solo se puede conseguir si trabajamos en él desde el inicio. Porque si te metes más tarde quizás nos encontremos con algo que ya está hecho y a lo que te tienes que acomodar, con sus limitaciones”.

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