Aventuras y desafíos con propósito y conciencia
¿Quién no ha soñado alguna vez con montar en un rompehielos camino de la Antártida? ¿O pasear por las selvas del Amazonas? ¿O acampar en mitad del desierto del Sahara? ¿O adentrarse en el océano Índico en un barco y fondear en algunas de las más de 600 islas de la Micronesia?
Los espacios extremos y/o exóticos llaman la atención de muchas personas en el planeta, y alcanzarlos cada vez es menos complicado con los recursos suficientes y adecuados. Pese a todo, siguen siendo un símbolo de superación y, por eso, a lo largo de los últimos años diversas organizaciones han puesto en marcha campañas en mundos lejanos con personas de nuestro entorno para sensibilizar sobre problemas que nos azotan.
Desde Revista Haz hemos recopilado algunas de las últimas expediciones con propósito que se han promovido desde España. ¿Nos vamos?
Desafío Ártico
Del 12 al 28 de julio el explorador malagueño Manuel Calvo estará en Groenlandia dirigiendo a grupo de jóvenes supervivientes de cáncer, de entre 14 y 16 años, en una travesía de más de 300 kilómetros a través de Groenlandia. Todos ellos forman parte de Desafío Ártico, una expedición que va por su octava edición y que cuenta con el apoyo de la Diputación de Málaga y de la Fundación Dingonatura.
Además de premiar el espíritu de superación de los jóvenes participantes, este viaje tiene como objetivo concienciar sobre las consecuencias del cambio climático. De hecho, una de las pruebas que se han propuesto a los participantes es conseguir llevar un fragmento de iceberg desde Groenlandia hasta la costa malagueña y comprobar cómo el calentamiento global está amenazando a estos gigantes de hielo.
Por otra parte, se busca fomentar el deporte, sobre todo entre el público adolescente, y también difundir la historia y la cultura del perro en un espacio en el que estos animales son esenciales para la supervivencia del hombre.
Transpirenaica Social Solidaria
Un poco más cerca está teniendo lugar la 10ª Travesía Transpirenaica Social Solidaria (TSS), que cuenta con el apoyo de la Fundació Formació i Treball y de veinte entidades sociales de País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña.
Una expedición en la que 200 jóvenes en situación de vulnerabilidad caminarán unos 700 kilómetros por el Pirineo por la inclusión social y el desarrollo sostenible. Y lo harán alternando acciones de ploggin (combinando la retirada de residuos de la naturaleza con la práctica deportiva) con charlas e, incluso, momentos de silencio para conectar con la naturaleza.
Junto a ellos participan un centenar de educadores de diferentes entidades sociales y voluntarios, que les están acompañando en el camino hasta que termine el 21 de julio en el cabo de Creus (Cataluña). Todos ellos están trabajando con un método educativo propio, que pone el foco en el aprendizaje en valores como la superación, el esfuerzo, el trabajo en equipo, el liderazgo y el cuidado del medio ambiente.
“Es fundamental fomentar que estos jóvenes puedan integrarse, conocer a otras personas, sentirse acogidos y dar visibilidad a su situación. Nosotros tratamos de hacerlo con un proyecto socioeducativo que los empodere, andando desde el mar Cantábrico hasta el Mediterráneo, y conociendo diversos lugares”, asegura Irene Zendrera, directora de la TSS.
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Reto Pelayo Vida
Desde 2015 la compañía aseguradora Pelayo promueve su Reto Pelayo Vida para mujeres que han superado un cáncer. Cada año han cambiado el destino y el desafío: desde escalar el Kilimanjaro hasta atravesar el Atlántico a bordo de un velero, pasando por una ruta de 400 kilómetros en bicicleta por el valle del Annapurna, y de 120 kilómetros por los Andes.
En colaboración con el Programa Universo Mujer del Consejo Superior de Deportes (CSD) y con la asociación Cris contra el Cáncer, este año el punto elegido han sido los hielos de la Patagonia (Argentina), donde las cinco participantes recalarán entre el 23 de octubre y el 7 de noviembre, en plena primavera austral. Allí marcharán durante once días, y a lo largo de 70 kilómetros hasta llegar al Cerro de Gorra Blanca, a casi 3.000 metros de altitud, con el apoyo de Rocío Monteoliva, directora deportiva de la expedición.
El objetivo es transmitir un mensaje de superación personal a todas las mujeres que se han enfrentado a un cáncer o que se encuentran inmersas en un proceso de tratamiento. Hasta el momento, más de 1.700 participantes de diferentes nacionalidades se han presentado a esta iniciativa, que ha sido reconocida con el premio Juan Sebastián Elcano y con una mención especial de la NASA por su cumplimiento de las normas de expediciones polares internacionales en cuanto al respeto al medio ambiente.
El desierto de los niños
La firma automovilística Hyundai lleva 17 años promoviendo un viaje de aventuras en clave familiar para aquellos que cuentan con un 4×4: El desierto de los niños. En la última edición, una caravana de 46 vehículos adaptados al desierto y 160 personas (48 de ellas niños) recorrieron más de 2.000 kilómetros por zonas de difícil acceso de Marruecos.
Durante los días festivos de Semana Santa, los participantes visitaron las zonas de oasis, donde se plantaron varios palmerales. Entre los participantes se encontraban algunos ópticos de la Fundación Alain Afflelou que revisaron la vista en todas las poblaciones por las que pasaron. No obstante, a lo largo de los años han participado otras organizaciones, como Coca-Cola España, que trasladó a través de la expedición un camión con 2.000 mochilas cargadas de material escolar.
Con el tiempo, la iniciativa se ha terminado convirtiendo en la Asociación Desierto Niños, que ayuda a canalizar ayudas para la realización de proyectos y programas de educación y formación infantil, así como otras acciones solidarias.
En la última edición del viaje de aventuras por Marruecos 'El desierto de los niños', ópticos de la Fundación Alain Afflelou revisaron la vista en todas las poblaciones por las que pasaron en Marruecos. Foto: Asociación Desierto Niños.
El camino a vela
Una de las fórmulas que existen para hacerse con la Compostela es a través del mar. Los peregrinos que optan por llegar a la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela con su velero deben acreditar que han navegado, por lo menos, 100 millas náuticas y que han recorrido los últimos kilómetros a pie con el sello final en el Monte do Gozo.
Esto se puede conseguir en cualquiera de los puertos u organismos adheridos al convenio El Camino en el Mar, de la asociación Northmarinas, que cada año organiza en junio El Camino a vela, una travesía de hasta 30 veleros que se desplazan desde el puerto de La Rochelle (Francia) hasta la capital gallega.
A lo largo de sus ocho ediciones, los ayuntamientos de las localidades por cuyo litoral navega esta flota han apostado por visibilizar la travesía, descubriendo su potencial de transformación para atraer al turista que busca propuestas de ocio sostenibles. Entre estas se encuentran Hondarribia, Bermeo, Bilbao, Laredo, Santander, Gijón o Ribadeo.
Además, desde el pasado año, sus participantes colaboran recaudando fondos y dando visibilidad a la asociación asturiana ELA Principado, que da soporte a los afectados de esclerosis lateral amiotrófica (ELA).