La lucha religiosa en África
En el siglo XIX, durante la etapa colonial, los misioneros impusieron el cristianismo en sus dos vertientes, la católica y la protestante, a los países bajo el dominio de las potencias europeas.
Siglos antes, los portugueses ya habían logrado consolidar el cristianismo en sus colonias de Angola y Mozambique. Los conquistadores árabes también hacía siglos que habían impuesto el islam a los pueblos africanos conquistados, ambas religiones conviven a duras penas con el animismo tradicional africano.
A partir de los años noventa, con la desaparición del comunismo y el reforzamiento del integrismo musulmán, el debate religioso recobra toda su virulencia. Los coptos son discriminados en Egipto; en Sudán se genera una brutal guerra civil; en Nigeria se producen matanzas de cristianos, e incluso en países moderados como Kenia, las bombas destruyen varias iglesias cristianas.
En Etiopía, a los cristianos se les ofrecen puestos de trabajo a cambio de convertirse al islam. En los países musulmanes moderados, como Marruecos, Egipto o Túnez, el extremismo musulmán va tomando cada vez más fuerza.
Paradójicamente, mientras el laicismo se impone en Occidente, África se transforma en el escenario de una lucha religiosa encarnizada.