Día Mundial de la Alfabetización: caminando juntos de la A a la Z

El 8 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Alfabetización, un factor clave en la lista de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que tenemos marcados de cara a 2030. Aunque las cifras de analfabetismo han ido descendiendo de forma paulatina desde que arrancó el milenio, todavía queda mucho por hacer.

Según los datos más recientes recabados por el Banco Mundial, en 2016 casi un 14% de la población de la Tierra por encima de los 15 años estaba sin alfabetizar. Unos 980 millones de personas que no sabían (y que, probablemente, sigan sin saber en su inmensa mayoría) ni interpretar textos, ni escribir frases que sirvan para hacer su vida más sencilla ni hacer cálculos básicos para su día a día. ¿Qué futuro les espera? Difícil prosperar sin esa base de conocimiento.

Las cifras parecen decirnos que vamos a mejor: aunque la densidad de población cada vez es mayor, la tendencia de la alfabetización lleva años aumentando. Según datos del Banco Mundial, desde 1970 las tasas han crecido en torno a un 17%, mientras que el número de habitantes de nuestro planeta ha pasado de 3.700 millones a 7.000 millones, casi el doble. Es decir, el número de alfabetizados por año cada vez es mayor, aunque teniendo en cuenta el crecimiento de la población mundial, el número de analfabetos tampoco desciende.

En definitiva, aún queda mucho por hacer, ya que aún son muchos los que quedan por aprender, y muy poco tiempo hasta la fecha tope para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En 2030 el mundo debería haber cumplido con las metas del Objetivo número 4.

Entre ellas, asegurar que todos los jóvenes aprendan a leer y escribir y tengan conocimientos básicos de aritmética. También es necesario hacer desaparecer las diferencias existentes entre hombres y mujeres en este aspecto; y en el caso de los adultos, han de tener la oportunidad de ser instruidos.

El mundo digital

La buena noticia que supone el incremento paulatino de las tasas de alfabetización se diluye también cuando miramos hacia las nuevas competencias digitales que se deben adquirir para poder optar a un futuro mejor forjado. Estas han abierto una nueva brecha de conocimiento que ha remarcado nuevas diferencias sociales.

La alfabetización digital universal es uno de los grandes retos a los que se enfrentan ahora los gobiernos.

La alfabetización digital universal es uno de los grandes retos a los que se enfrentan ahora los gobiernos. Se trata de enseñar a localizar, organizar, entender, evaluar y analizar todo tipo de información utilizando tecnología digital. Es decir, que todos podamos desenvolvernos mínimamente con las TIC para que estas nos hagan la vida más fácil y con mayores oportunidades.

El problema llega en el momento en el que nos encontramos con nichos poblacionales que no tienen acceso a esa tecnología. Entre todos hemos de dar con soluciones para salvar este gran escollo y que cualquiera tenga posibilidad de manejar un dispositivo conectado a Internet, bien desde su casa o bien en comunidad.

De esta manera podrían acelerarse otros procesos de aprendizaje vía elearning y las cifras de analfabetismo caerían aún más. Y es que gracias a este tipo de enseñanza digital se pueden eliminar un buen número de barreras geográficas y salvar la falta de profesionales en determinadas regiones.

Probablemente, la mejor estrategia que habría que seguir para alcanzar las metas de alfabetización de los ODS es conseguir una conectividad total y universal. Según datos de la ONU, el porcentaje promedio de escuelas con acceso a dispositivos capaces de navegar por Internet apenas supera el 60% en los países en vías de desarrollo. Y si solo miramos hacia el África subsahariana, el porcentaje no llega al 40%.

Esta tendencia debe cambiar. Hoy por hoy, el camino hacia el conocimiento pasa obligatoriamente por el acceso a Internet. Una herramienta con la que no solo se impulsaría la educación, también otras necesidades básicas como el acceso a especialistas sanitarios en remoto; el control de enfermedades, de cultivos, de explotaciones ganaderas; de espacios medioambientales… Alcanzar esa universalidad será clave en la consecución de los ODS. Trabajemos por ello.

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