Periodismo colaborativo contra las ‘fake news’ en las campañas electorales

Uno de los principales enemigos de la transparencia es la desinformación, entendida esta como “la información deliberadamente falsa, incompleta y errónea, diseñada para engañar y desorientar a las autoridades gubernamentales, no gubernamentales y los medios de comunicación social, para manipular personas o grupos predeterminados para que crean la falsa información, actuando en interés de la nación que lleve a cabo la operación desinformadora”.

Esta definición fue dada por los autores Shultz y Godson en 1984 y ha recobrado una gran relevancia en los últimos años debido al fenómeno de las fake news o noticias falsas. Desde finales de 2018, el uso de este término se ha incrementado más de un 300%, debido principalmente a su masiva utilización en el discurso político de Estados Unidos.

De hecho, la profesora de ciencias políticas de la Universidad Georgetown, Diana Owen, explica en su publicación La era de la perplejidad. Repensar el mundo que conocíamos, cómo ha cambiado el concepto de ‘noticia falsa’, pasando de ser un término aplicado a las publicaciones satíricas, a ser concebida como información ficticia que se hace pasar por verdadera a raíz de la campaña electoral estadounidense de 2016.

El auge de las nuevas tecnologías de la información ha permitido dos hechos contradictorios: por un lado, facilitan el acceso masivo a la información de los ciudadanos, mientras que, por otra parte, dan lugar a su difusión sin discriminar entre información veraz o incierta.

La creciente preocupación de las autoridades gubernamentales por las consecuencias de esta práctica y el hecho de garantizar el derecho a la información de los ciudadanos ha llevado a que las principales plataformas digitales -Google, Facebook y Twitter- hayan establecido herramientas para combatir la desinformación en Internet y asegurar un mayor grado de veracidad de la información que se comparte a través de sus plataformas.

En este sentido, cabe destacar una serie de iniciativas que se están desarrollando en la región iberoamericana en referencia a la información durante las campañas electorales: crear plataformas digitales cuyo objetivo es verificar la información divulgada sobre los candidatos y los datos en los que se basan los discursos políticos.

Actualmente, Uruguay se encuentra en plena campaña electoral y con motivo de este proceso, se ha creado una importante alianza entre diferentes agentes sociales para garantizar una adecuada información de la ciudadanía.

Revista Haz habla con Ana Matyszczyk, periodista y coordinadora de Verificado Uruguay. La iniciativa, creada bajo el lema “tu escudo contra la desinformación”, está formada por una coalición de grupos mediáticos, periodistas, organizaciones sociales y universidades, unidos para “acompañar la campaña electoral” del país y dar una cobertura “más allá de la habitual” que hacen los medios, para desmentir los “rumores” difundidos por redes sociales.

<p>Equipo de Verificado.uy</p>

Equipo de Verificado.uy

Una sociedad unida para estar mejor informada

La idea de crear Verficado.uy surge hace un año aproximadamente, a partir de la inquietud de un conjunto de periodistas uruguayos, que identificaron la necesidad de “capacitar a un grupo técnico” dedicado especialmente a abordar el problema de la desinformación durante la campaña electoral 2019, explica Matyszczyk.

Inspirados en una serie de experiencias de periodismo colaborativo internacionales, de países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España, México, Brasil o Argentina, decidieron seguir el planteamiento de estas iniciativas. Aunque la coalición creada en Uruguay destaca por dos motivos: supone una alianza “sin precedentes” en la historia del país y, además, es una coalición “inédita” a nivel mundial, ya que es el único país en aunar la colaboración de “dos pilares fundamentales de la sociedad”, siendo estos la sociedad civil y el ámbito académico, explica la experta.

Este aspecto diferenciador resulta muy importante porque según afirma Matyszczyk: “Somos el primer país del mundo que entendió que para combatir de manera eficaz el daño que deja la mentira en una sociedad no es suficiente con citar únicamente a los medios de comunicación”.

Sobre este aspecto, la coordinadora de Verificado.uy señala que “es clave contar con el periodismo, pero solo con él no alcanza”. Por este motivo, se han realizado importantes esfuerzos para contar con representantes de organizaciones de la sociedad civil y del ámbito universitario, tanto de universidades públicas como privadas. El problema de la desinformación trasciende las fronteras periodísticas e interpela a toda la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, desde la plataforma defienden que “para Uruguay, la lucha debe darse entre todos”.

Matyszczyk reconoce que lograr consensos entre tantos actores y de diferente índole “es un desafío constante”. Sin embargo, cada debate enriquece y perfecciona las dinámicas de funcionamiento de la plataforma y, además, considera que “lo valioso” de la coalición es conseguir que medios de comunicación situados “en las antípodas editoriales” a la hora de interpretar la realidad, sean capaces de trabajar de manera “formidable” dentro de Verficado.uy.

“Las distancias se hacen notoriamente más cortas y lo que prima es el objetivo común de combatir un mal que daña el sistema democrático y empeora la calidad informativa de nuestra sociedad”, asegura la coordinadora del proyecto.

El objetivo del equipo de Verficado.uy es realizar “rastreos de los rumores” que surgen en las redes sociales y que obtienen elevados índices de viralización.

¿Para qué sirve la verificación de información?

Desde el inicio de la campaña en 2018 se comenzaron a realizar sesiones de formación, talleres con soporte internacional y todo lo relativo al manejo de técnicas de fact checking. De este modo, se creó una redacción de periodistas sénior y jóvenes, incluso estudiantes de periodismo, dedicados exclusivamente al verificado de la información.

El objetivo de este equipo es realizar “rastreos de los rumores” que surgen en las redes sociales y que obtienen elevados índices de viralización. Una vez que se ha realizado el chequeo de la información se envía a la red de medios aliados para que las empresas informativas difundan de manera inmediata el contenido verificado. De esta manera, los textos elaborados por Verficado.uy alcanzan a la mayor audiencia posible.

“En el proceso de verificación tratamos de confirmar lo que se afirma con la persona u organización protagonista del rumor, con posibles testigos, o buscamos la fuente de la publicación utilizando herramientas digitales como la búsqueda inversa o la geolocalización, para contrastar lo que se dice con la información disponible”, explica Matyszczyk a Revista Haz.

Una vez confirmado o desmentido el rumor, no comparten los vídeos ni links de la noticia falsa para evitar darle mayor difusión. En este sentido, la coordinadora de Verficado.uy señala que la desinformación es un fenómeno que existió siempre, pero se ha comprobado internacionalmente que durante las campañas electorales “estos flujos se intensifican” y, por este motivo, consideran que “es necesario aunar los esfuerzos con la mayor cantidad de medios de comunicación para generar una red y crear un grupo de trabajo dedicado a abordar el monitoreo permanente de los rumores y datos de dudosa procedencia que pueden surgir en las redes sociales”.

Desde la plataforma afirman que en el siglo XXI “no hay otro camino para combatir la desinformación en tiempos electorales que no sea desde el periodismo colaborativo” y destacan la importancia de generar sinergias para reivindicar la labor periodística, defender la calidad de los contenidos informativos y luchar por una democracia más sana. “Una sociedad mejor informada, es una sociedad más libre”, afirma Matyszczyk.

Cada minuto se hacen más 3,5 millones de búsquedas en Google; se registran 900.000 accesos a Facebook, y se envían 156 millones de emails.

Cuanta más información, más necesaria es la transparencia

Según los datos que arrojan las grandes compañías de telecomunicaciones, cada minuto se hacen más 3,5 millones de búsquedas en Google; se registran 900.000 accesos a Facebook, y se envían 156 millones de emails. Esta cantidad de información y la inmediatez con la que se difunde permite que los contenidos falsos lleguen a la opinión pública con facilidad y desde el anonimato.

Por este motivo, la Comisión Europea puso en marcha a principios de 2019 un Plan contra la desinformación por el cual exigía a las grandes plataformas de Internet que reportaran mensualmente los datos sobre su lucha contra las fake news y las medidas que estaban llevando a cabo para verificar la información y contenidos.

En este sentido, cabe señalar algunas de las herramientas y medidas que han desarrollado estas grandes compañías como Facebook, que elaboró para sus usuarios un documento con 10 sugerencias para evitar creer y difundir noticias falsas. Entre sus indicaciones aconseja comprobar las fuentes, desconfiar de los titulares sensacionalistas con exclamaciones y mayúsculas, y prestar atención a detalles como la fecha y diseño del texto.

Por su parte, Google ha desarrollado el método Fact-Chek por el cual contrasta los fragmentos de texto con las publicaciones que hay en su índice de búsqueda y, además, ha establecido acuerdos con otras compañías de verificación de datos para mejorar su sistema de filtrado de resultados.

En cuanto a Twitter, la plataforma ha creado la herramienta Transparency Center que permite: el seguimiento de los anuncios de campañas electorales; la divulgación del gasto de la publicidad de la campaña por el anunciante; transparentar la identidad de la organización financiadora de la campaña, y ha actualizado la política de anunciantes, para ser más estrictos sobre quién puede servir estos anuncios y limitar las opciones de orientación. Esta nueva política exige a los anunciantes electorales que se identifique como tales y, en caso de incumplir con estas normas, Twitter ha establecido sanciones más fuertes para los anunciantes infractores.

Si 2017 destacó por ser el año del fenómeno de las fake news en el mundo digital, 2019 puede convertirse en la fecha que marcó el antes y el después de la lucha contra la desinformación en Internet.

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