El reporte de sostenibilidad actual que marcará el de 2021
En la actual coyuntura, ha aumentado el impulso de la fusión de las principales normas de presentación de información no financiera y los inversores también han comenzado a sumarse al debate, mientras que las empresas que presentan informes están expresando su frustración por la falta de normas armonizadas para la presentación de informes no financieros.
Además, hay otras situaciones que empujan al reporte no financiero a alcanzar mayores cotas de importancia y utilización. Por ejemplo, la Unión Europea está actualizando la Directiva de la UE sobre informes no financieros y está considerando la posibilidad de elaborar normas de información no financiera.
Por su parte, el Foro Económico Mundial ha publicado su documento sobre métricas comunes y presentación de informes coherentes para la creación de valor sostenible, en el que se definen 21 métricas básicas, y las cinco principales organizaciones de informes no financieros (GRI, SASB, IIRC, CDSB y CDP) han publicado una declaración de intenciones, comprometiéndose a trabajar conjuntamente para lograr una información corporativa completa.
Así lo destaca el informe de KPMG Survey of Sustainability Reporting 2020 en el que se han analizado informes no financieros publicados entre julio de 2019 y junio de 2020 de las 100 principales empresas por ingresos en 52 países (denominadas N100) y de las 250 compañías más grandes del mundo por ingresos (denominadas G250), según la clasificación Fortune 500, y que revela numerosos avances positivos en la presentación de informes y aseguramiento.
Tendencias principales en el reporte no financiero
La presentación de informes sobre sostenibilidad continúa creciendo en todo el mundo y según el estudio el 80% de las empresas N100 de todo el mundo informa actualmente sobre la sostenibilidad, siendo GRI la norma mundial dominante para la presentación de estos informes.
Esta tasa subyacente de informes de sostenibilidad mundial ha aumentado del 75 al 80% desde la última encuesta de KPMG en 2017, lo que demuestra que las empresas N100 siguen alcanzando al G250, y es probable que la tasa de presentación de informes de N100 siga aumentando de manera constante en los próximos años.
Las empresas N100 del continente americano aventajan a las del resto del mundo, ya que el 90% de ellas informa sobre sostenibilidad en comparación con el 77% de las europeas, el 59% de las de África y el medio oriente, y el 84% de las pertenecientes a la región Asia Pacífico.
El 98% de empresas N100 de España realiza informes no financieros, lo cual representa un aumento desde el 87% del año 2017.
Por lo que respecta a las empresas N100 de España, un 98% de ellas realiza informes no financieros, lo cual representa un aumento desde el 87% del año 2017.
En cuanto a sectores de la producción, en 2020 al menos el 70% de las empresas N100 informó sobre sostenibilidad en todas las industrias, excepto en el sector minorista, que también quedó rezagado en 2017. Y los mismos seis sectores que lideraban en 2017 también lideran en 2020, siendo estos: tecnología, medios de comunicación y telecomunicaciones; minería; petróleo y gas; productos químicos; y silvicultura y papel.
El aumento de la presentación de informes integrados continúa, pero sigue limitado a ciertos países. Solo en Sudáfrica, Japón y Sri Lanka la presentación de informes integrados es actualmente una práctica mayoritaria.
Como última tendencia a destacar, el número de empresas N100 que invierten en la garantizar de manera independiente su información sobre sostenibilidad ha superado el 50% por primera vez desde 1993. Una conclusión que indica que el assurance se ha convertido en una práctica habitual para las empresas grandes y medianas de todo el mundo.
Informar sobre el riesgo para la biodiversidad va a ser crítico
En un informe de Swiss Re, uno de los principales proveedores mundiales de seguros y reaseguros, se constató que el 55% del PIB mundial depende de la biodiversidad y que una quinta parte de los países del mundo corren el riesgo de que se produzca un colapso de los ecosistemas.
Por tanto, es fundamental que las empresas comprendan y divulguen los riesgos que la pérdida de la diversidad biológica plantea a sus negocios, así como el impacto que estos tienen en ella.
Pero, solo alrededor de una cuarta parte de las empresas encuestadas con un riesgo alto o medio de pérdida de diversidad biológica informan actualmente sobre ese riesgo en sus informes corporativos. La proporción es similar tanto en el grupo N100 como en el G250, e ilustra claramente que se requiere un rápido desarrollo de este riesgo dentro de los informes. Al respecto de informar de este tipo riesgo, las empresas de América Latina se establecen como líderes, mientras que las América del Norte van a la zaga.
El sector minero, con un escaso 51%, es actualmente el único sector en el que la mayoría de las empresas N100 informa sobre los riesgos que enfrenta por la pérdida de la biodiversidad.
El cambio climático como riesgo financiero
El número de empresas que reconocen el riesgo del cambio climático en sus informes financieros ha crecido considerablemente desde la última encuesta de KPMG en 2017, representando el 43% de las del grupo N100, mientras que en el G250 la tasa se eleva hasta el 56%.
Además, se aprecia un aumento notable desde 2017 del número de empresas que revelan objetivos de reducción de carbono, existiendo una creciente tendencia a vincular las metas de carbono de las empresas con el objetivo climático mundial.
Existe un aumento notable desde 2017 del número de empresas que revelan objetivos de reducción de carbono, existiendo una creciente tendencia a vincular las metas de carbono de las empresas con el objetivo climático mundial.
Según KPMG, estos avances se deben en gran parte a la labor del Grupo de Trabajo sobre divulgación de información financiera relacionada con el clima (TCFD) en la tarea de concienciar a las empresas y a los organismos reguladores sobre el cambio climático como riesgo financiero, y en la elaboración de recomendaciones para la divulgación de los riesgos relacionados con el clima.
A nivel regional, las empresas norteamericanas son las que más reconocen el riesgo climático en sus informes financieros, mientras que, a nivel nacional, hay 10 países o jurisdicciones en los que la mayoría de las empresas reconocen este riesgo.
Estos países están situados en la región Asia Pacífico, Europa y América del Norte, lo que sugiere que esta práctica de presentación de informes se está convirtiendo en una tendencia mundial. Sin embargo, las empresas de América Latina y el Oriente Medio y África están rezagadas.
En España, el 63% de las empresas N100 reconoce el cambio climático como un riesgo financiero.
Aumentan las empresas que vinculan su actividad con los ODS
En 2017, una minoría de empresas tanto del G250 como del N100 relacionaron sus actividades comerciales con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en sus informes corporativos, pero tres años más tarde una mayoría significativa de ambas muestras lo hace: más de dos tercios (69%) de las N100 y casi tres cuartos (72%) de las G250.
España se encarama hasta la tercera posición en la clasificación del top 10 de países cuyas empresas N100 (83%) conectan su actividad con los ODS.
Aún así, hay margen de mejora ya que la investigación sugiere que la información de las empresas sobre los Objetivos se centra casi exclusivamente en las contribuciones positivas de las empresas al logro de los objetivos, y carece de transparencia sobre sus impactos negativos.
La encuesta ha mostrado una gran disparidad y no existe un patrón claro en el número de ODS que las empresas priorizan como foco de sus negocios.
Los Objetivos más priorizados por las empresas N100 son el 8 de crecimiento económico y trabajo decente, el 13 de acción climática y el 12 de consumo y producción responsable. Por otro lado, pocas empresas priorizan dos ODS que se centran en la biodiversidad como son el 14 de vida bajo el agua y el 15 de vida en la tierra.
El estudio finaliza con una sección en la que se ofrece un panorama general con algunas novedades en materia de presentación de informes sobre sostenibilidad en diferentes países desde la publicación de la anterior edición de 2017, y que ayuda al lector a comprender cómo diferentes regulaciones, programas, guías, etc. promueven de manera directa o indirecta este tipo de reportes.