Cómo combatir la desigualdad utilizando la transparencia y los datos abiertos
La desigualdad afecta en diferente medida y forma en cada parte del mundo, como en Latinoamérica que destaca por ser una de las regiones donde más impacta, según el último Informe sobre la desigualdad global de 2022 de CEPAL-Naciones Unidas, que muestra que la desigualdad dentro de los países aumentó “significativamente” y la brecha entre los ingresos más altos y los más bajos “casi se ha duplicado”, pasando del 8% al 15%.
Una de las conclusiones del informe es que, aunque ha habido un fuerte crecimiento en los países emergentes, “el mundo sigue siendo hoy particularmente desigual”, y esto significa que las desigualdades dentro de los países son ahora incluso mayores que las desigualdades observadas entre los diferentes países del mundo.
En este contexto, cabe la pregunta de si la transparencia puede ayudar a cambiar esta situación, o incluso revertirla. “La transparencia por sí misma sola es un primer paso, pero es necesaria para poder empezar a cambiar las cosas, porque donde no hay transparencia, ni siquiera se puede establecer el diálogo”, explica para Revista Haz Colombina Schaeffer, subdirectora de la Fundación Ciudadanía Inteligente.
Esta organización de la sociedad civil de Chile es una las colaboradoras de la plataforma DataIgualdad, un proyecto de Oxfam International basado en la publicación y utilización de los datos públicos de los países de la región latinoamericana, para mostrar la desigualdad de las sociedades y luchar contra ella.
El lema de esta iniciativa es: “saber cómo se distribuyen los recursos públicos nos permite tomar posición para reducir la desigualdad”. En este aspecto, Grazielle Custódio, Coordinadora regional de justicia económica y desigualdad de América Latina y Caribe de Oxfam International, afirma que América Latina Continental “es la región más desigual del mundo” en relación con la justicia, economía y el desarrollo democrático, por lo que resulta fundamental “enfrentarla”.
Transparentando el mundo para comprenderlo y cambiarlo
Siempre que se habla de transparencia se incide en que no es una fórmula mágica para solucionar los problemas de las sociedades, pero sí es una herramienta básica y necesaria, como explica Schaeffer, porque “una vez que se implanta la transparencia y hay acceso a la información pública, después hay que cambiar muchas cosas, como las leyes, pero eso requiere de otro gran trabajo”.
En este sentido, Oxfam crea el proyecto DataIgualdad con el objetivo de que se pueda hacer un mejor seguimiento de las acciones de los gobiernos en cada país de la región Latinoamérica, tanto en la recaudación como en la ejecución del presupuesto público, “para garantizar que sea utilizado para reducir desigualdades y promover los derechos humanos”, explica Custódio.
DataIgualdad nace para que se pueda realizar un mejor seguimiento de las acciones de los gobiernos tanto en la recaudación fiscal como en la ejecución del presupuesto público, con el objetivo de reducir la desigualdad e impulsar los derechos humanos.
La plataforma es una colaboración entre Oxfam International y diferentes organizaciones colaboradoras de los países latinoamericanos, que van aportando los datos de fuentes oficiales de sus respectivos países. Posteriormente, los datos son verificados por un consultor y, cada vez que hay información nueva, se actualiza en la plataforma y se genera una campaña de comunicación para que se conozca cómo es y evoluciona la realidad.
Estos temas suelen ser bastante técnicos y el acceso a los datos públicos puede ser difícil para un ciudadano particular. Por este motivo, según informa la coordinadora de Oxfam, DataIgualdad se ofrece como un único espacio, donde encontrar diversas informaciones fundamentales sobre tributación y presupuesto público en un formato más sencillo, tanto para las organizaciones de la sociedad civil, como para los movimientos sociales y la población en general.
Asimismo, Schaeffer indica que para que los datos fueran más “comprensibles”, se pensó en crear unas “tarjetas” sencillas, por ejemplo: “cuántos niños podrían ser educados con estos impuestos”.
Según Custódio, DataIgualdad contiene la mayor base de datos sobre temas fiscales y áreas relacionadas, donde se puede ver de manera “ágil, fácil y visual” los datos por país, con detalle sobre ingresos tributarios, gasto público, deuda, democracia, corrupción, transparencia, participación y garantía de derechos como salud, educación y vivienda, por medio de la información del gasto público.
“Gracias a esas informaciones, las organizaciones y personas pueden plantear y proponer una política fiscal que reduzca desigualdades y promueva los derechos humanos”, afirma Custódio.
Algunas de las propuestas destacadas por la coordinadora de Oxfam International son la eliminación de los paraísos fiscales, promover un aumento de la inversión social; promover servicios públicos universales y de calida; luchar contra la desigualdad de género y raza, y asegurar la transparencia, la rendición de cuentas y la participación social en las políticas tributarias y presupuestarias.
¿Cómo se cambia el mundo con la transparencia?
En casos más concretos, la subdirectora de Ciudadanía Inteligente asegura que las organizaciones y usuarios de la plataforma, la utilizan para conseguir datos que les permita respaldar los argumentos sobre justicia fiscal. Por ejemplo, en el caso de Chile, donde se está elaborando de una nueva Constitución, DataIgualdad permite “visualizar los datos y dar base al argumento para que la justicia fiscal sea uno de los derechos garantizados por la nueva Constitución”.
Eso no significa que se convierta en realidad y se incluya dentro de la nueva carta magna, pero según Schaeffer sirve para plantear, debatir y establecer un diálogo sobre el tema, haciendo que la sociedad en general sea más observadora.
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Por otra parte, desde Ciudadanía Inteligente han detectado que los sistemas democráticos presentan “una gran desigualdad” debido a que la distribución del poder “no es igual para todos, ya que hay personas que siempre están en los mismos puestos”, concluyendo que son siempre los mismos grupos sociales quienes tienen acceso al poder, mientras que otros grupos nunca llegan a ocupar dichos puestos.
En este sentido, Schaeffer explica que desde la Fundación comenzaron a trabajar con otras organizaciones en lo que llaman ‘captura de los estados’, porque han observado que “el poder está capturado por determinados grupos sociales”, y la plataforma trata de poner en números esa desigualdad en el acceso al poder, “con el fin de hacerla visible de manera objetiva y tratar las consecuencias”.
Por otra parte, Custódio indica que en el primer año de DataIgualdad (2018), varios países realizaron campañas utilizando la información publicada en la plataforma, como Brasil que desarrolló la campaña #Brasilsemdesigualdades, planteando que las rentas más altas deben contribuir más con impuestos y que es necesario garantizar la participación ciudadana en las decisiones de política fiscal.
Posteriormente, Oxfam de diversos países, junto con Fundación Ciudadanía Inteligente, Latindadd e Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales -ICEFI-, también emprendieron campañas – #dataIGUALDAD y #datosparaactuar-, para acabar con las desigualdades y fortalecer la democracia.
“Normalmente, los datos son utilizados para campañas que muestran la realidad fiscal y democrática en los países, y para plantear cambios legales, reformas tributarias progresivas o incremento del gasto social”, declara Custódio.
El conocimiento red ayuda a mejorar el mundo
No obstante, DataIgualdad debe ser visitada y utilizada para que la información que contiene tenga repercusión en las sociedades. De hecho, en un principio tenían herramientas buenas e interesantes, pero no estaban siendo utilizadas, según explica Schaeffer.
Desde la organización colaboradora detectaron que había un problema en el ámbito tecnológico y los desarrolladores invirtieron mucho tiempo para cambiar la base y hacerla más atractiva, de manera que fuera consultada por investigadores y otros usuarios, así como por los ciudadanos.
Era importante adoptar la perspectiva de a quién iba dirigida la plataforma y por quién iba a ser utilizada, para adecuar su manejabilidad y de ese modo se decidió cuál era el mejor formato para publicar los datos, permitiendo que todos los ciudadanos pudieran tener acceso a ellos y, sobre todo, para que pudieran ser consultados y utilizados.
Además, con la crisis de la covid-19 se ha puesto en relieve la necesidad de que los estados movilicen de forma más justa los recursos de los países para financiar la protección social, reduciendo las desigualdades y garantizando los derechos.
En este sentido, Custódio afirma que las informaciones de DataIgualdad permiten “ver dónde es necesario hacer cambios” y Oxfam, junto con las organizaciones locales, “seguirá planeando y haciendo campañas para promover esos cambios, además de actualizar los datos de la plataforma”.